Sin enemigos
El Hombre de Dios no tiene enemigos, ante él se expanden nuevas tierras, en unas crecerán sus palabras, en otras crecerán sus actos y están aquellas donde nada de él crecerá. No siendo tierra muerta, él continúa su viaje de siembra. Son tantos los terrenos que claman por agua semillas y l …
Original post by (Reuters)
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