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Y no hablo del gol en general, pues con un 5-0 es lógico que la clave para ganar fue el gol. Pero en este caso me refiero al primero del partido, ése que metió Gerardo Torrado de penal.

Ése fue el gol más importante de todos, porque gracias a él fue que México le devolvió a Estados Unidos su propia estrategia: anotar primero a como dé lugar y después esperar un espacio del rival para contraatacar y terminar el partido.

Así nos hicieron en Corea-Japón y así nos han venido haciendo desde entonces, pero ahora a ellos les tocó permitir primero el gol.

Con el 1-0, sólo hicieron falta pases largos a las espaldas de la última línea, para que Carlos Vela y Giovani Dos Santos destrozaran a los defensas estadounidenses con su técnica y velocidad, como ellos nos hicieran tantas veces, con jugadores como el mismísimo Landon Donovan.

También hay que destacar lo que hicieron los dos jóvenes delanteros, pues Giovani fue el cerebro y Vela el ejecutor (y también metió un excelente pase de gol), como en su época con la Sub-17 campeona del mundo.

Todo salió bien hoy, y fueron casi puras alegrías, porque creo que al “Vasco” Aguirre sí le falló al no meter a jugar unos cuantos minutos a Pablo Barrera, jugador importantísimo en esta Copa Oro, no sólo por sus goles, sino por la inyección de ánimos cada que entró a jugar.

En fin, Estados Unidos probó hoy lo que se siente tener que ir a empatar y a cambio recibir más goles para definir el partido.

Así tenía que ser! Ya era hora! Y por eso felicidades!

Saludos.

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